Aún me acuerdo del día y las opciones en el kiosko de la
esquina. Yo era solo un niño con dos lucas para gastar regaladas por mi padre,
y como si fuera una cosa del destino binario, esas dos lucas solo podían elegir entre dos comic con nombre duales: Darkseid versus Galactus, y Batman Dracula Lluvia
Roja.
A favor de la primera opción: Los versus son divertidos, y
aunque no sabía mucho de Marvel, era la oportunidad perfecta, además salía John
Bryne en la portada, el cuál reconocía como relevante gracias a The Man of
Steel.
A favor de la segunda opción: Era Batman, siempre un buen concepto. Tenía el símbolo de Elsewords en su esquina lo que indicaba que podía ser una historia interesante y probablemente autoconclusiva.
Decante por la primera opción y al llegar a la casa me di
cuenta que no la quería. Siempre he sido algo indeciso, y a veces es tan difícil
saber qué hacer con dos lucas regaladas. Era un niño, ¿cada cuánto recibía dos
lucas de regalo? Años después me doy cuenta que la frecuencia ahora de un
regalo como ese es aún menor.
La señora del kiosko era buena onda, y traía los comics básicamente porque yo era un fiel comprador así que me dejo cambiarla por la otra, cuya portada no había querido reconocer en primer lugar que me inquietaba. Abro la bolsita que lo sellaba y en cierta manera sellé mi destino de compra…pero antes, quizás deba devolverme unos años antes…
…Era aún más niño. Mis padres se juntaban con unas vecinas los sábados en la noche y arrendaban películas en VHS. Como ya era tarde yo tenía sueño, y la película no me entusiasmaba. Es más, me asustaba por su caratula y por lo visto su seria disposición. Era Dracula de Bram Stoker. De paso a mi cama me quede viendo unos cuantos segundos. Solo recuerdo estructuras antiguas y harta oscuridad (de seguro a Gary Oldman caminando por ahí que viendo la foto ahora sigo encontrándolo re atemorizante). Sin desearlo esa noche tuve pesadillas, cosa que detestaba y hacía que odiara lo que sea que haya sentido que la había provocado, no, no me gustan los vampiros…
…Empiezo a leer el comic, es algo difícil. Me cuesta llevarle
el ritmo, es todo tan oscuro y se ve tan…adulto. Hay escenas de casi desnudos y
sangre, y colmillos. El dibujo de Jones (que años después encontraría que me
transmitía sensaciones similares sin
percatarme en su pasada por Sandman) se siente enfermo, y siempre fue su estilo
dibujar a ese Batman con orejas larguísimas, dándole ese toque más demoniaco
que otra cosa. Y me doy cuenta que no me siento grande, de hecho me siento
niño, y no quiero seguir leyendo…y me doy cuenta de algo aún más horrible:
Gasté las dos lucas mal, y ya no tenía nada que hacer. Había desperdiciado mi
regalo, y ahora estaba lleno de rabia, frustración y pena…y con la inquietud aún
de tener en mis manos un comic que no se disfruta, que se asemeja a esas
películas que siempre evite. Tanta pena tuve que mi padre, viendo mi pesar,
decide darme una oportunidad distinta, me promete él ir a cambiarlo por otro en
una tienda de comics en el centro, solo tenía que ser paciente. Me consuela el
saber que no tendré más ese comic que solo reflejaba mis temores y mis errores
de consumidor pequeño.
Cuando era niño disfrutaba comic que me hacían soñar como
niño, como ese lindo comic de Superman que viajaba por el tiempo, junto a
dinosaurios, o en el futuro a punto de ser explotada la luna. Genial. O ese
comic de Superman que salía en los kioskos cuando se casaba con una nativa en
una isla perdida y estaba amnésico (¡y también habían dinosaurios!), o las adaptació de Batman Forever
directamente de la película y las revistas que explicaban los detrás de cámaras. Batman Dracula no era para ese niño, y no estaba
del todo listo. No recuerdo si fue antes o después cuando tuve La Broma
Asesina, que debo reconocer que de todas formas me perturbaba un poco, pero al
menos, estaba dentro de lo que podía controlar. Después de todo el horror y
locura, Batman salvaba el día (o la noche mejor) al final y tanto Gordon como yo
sobrevivíamos a la experiencia. Pero con Lluvia Roja, su historia se escapaba
de lo que era real, su fantasía me asustaba, y aún era un niño y me di cuenta
allí.
Unas semanas después llega mi padre con el comic de
reemplazo, entusiasmado lo saco de la bolsita de la tienda donde lo cambio y lo
veo esperando ver algo azul con rojo o plomo con amarillo…pero veo a un gordo
pelado con un muy buen dibujo, pero lejos de lo que esperaba: Lex Luthor,
Biografía no autorizada. No era lo que esperaba (no se que habría estado pensando mi viejo), pero sin embargo lo leo,
supongo que tendría a Superman dando vueltas por allí.
Lo empiezo a leer y no, no sale Superman (bueno, sale un
borrón azul con rojo en un cuadro), y lo que veo es la crónica de un periodista
en tratar de dilucidar quién es Lex Luthor. Lo que veo no es para nada
infantil, es crudo en detalles en cuánto a manipulaciones, asesinatos y hasta
vida sexual perversa además de su tono dolorosamente trágico de no poder ganar
ante el pez más grande. No era un comic para niños, era un comic para ser
apreciado por alguien mayor, y yo lo estaba haciendo. Es más, me daba cuenta de
cómo su mundo se parecía abrumadoramente a mi mundo y que a pesar de haber un superhéroe
en ese mundo de fantasía, no podía hacer nada, era un accesorio si se quiere,
mientras que la verdad dura era que hay
gente poderosa contra la que no se puede hacer nada, y lo que se supo de Lex
Luthor iba a quedar para siempre oculto como tantas otras tragedias sin nombre
e impunes en la vida diaria real que estaba por descubrir en mi vida.
De pronto no era tan niño, me di cuenta que podía leer otras cosas, y que ya había empezado. No pude sobreponerme en principio ante la oscuridad de un murciélago y un vampiro, pero pude conocer el final amargo de la muerte injusta donde no hay héroe alguno que gane, casi como si estuviera preparándome para soportarlo en las noticias de cada día, de los poderosos de siempre, y de las impunidades de años. Después del miedo inicial, sentí que ahora estaba preparado para leer nuevas cosas, que ya no era un niño (tampoco un adulto), y que había más en los comic esperando por mi que solo dinosaurios y viajes por el tiempo.
Oscar Cayul Aedo, el autor de esta entrada, aún no logra terminar de leer Lluvia Roja aunque tiene interés de leer toda la saga que partió a través de ella y nunca tuvo interés de ver que tal Darkseid contra Galactus. Pero recomienda fervientemente Lex Luthor Biografía no autorizada, más aún porque se encuentra en muchas partes a un precio muy barato para su calidad (menos de 3 mil pesos). También todo este episodio le recuerda con cariño la sensación de leer por primera vez Arkham Aylum, pero esa es otra historia...
No hay comentarios:
Publicar un comentario